
Todo lo que necesitas saber sobre el pene y nunca te atreviste a preguntar
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Tiempo de lectura 4 min
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¿Tú también eres de esos que te encantaría tener una cita con un experto en Sexología para preguntarte todo lo que siempre has querido saber… pero te da vergüenza? ¡Pues fin del problema! En MYHIXEL nos hemos propuesto ofreceros un consultorio a través de nuestras redes sociales para recoger las preguntas que más os preocupan o interesan y trasladárselas a nuestro sexólogo.
En este artículo, responderemos a las dudas más comunes que nos han hecho llegar nuestros seguidores sobre el pene. Desde cuestiones anatómicas hasta soluciones para mejorar la función eréctil, aquí encontrarás las respuestas que necesitas en base a la ciencia y experiencia clínica.
Los anillos para el pene, también llamados anillos de constricción, se utilizan principalmente para mantener una erección al restringir el flujo sanguíneo de retorno al cuerpo una vez que se ha conseguido una erección plena. Como podrás imaginarte, cortar este flujo durante mucho tiempo no es conveniente.
Por eso, los especialistas recomiendan no utilizarlos por más de 30 minutos seguidos, ya que un uso prolongado puede generar daños en los tejidos, entumecimiento o incluso un riesgo de trombosis (Harris, 2020). Además, siempre que puedas, es recomendable que elijas anillos con materiales seguros y no demasiado ajustados.
La fuerza o intensidad de la erección depende de varios factores, como la circulación sanguínea, tu estado hormonal y cómo te encuentres psicológicamente (animado, descansado, nervioso…). Por lo tanto, para mejorarla, se recomienda:
Mantener una alimentación saludable rica en antioxidantes (Allen, 2023).
Llevar a cabo ciertos ejercicios, en especial entrenamiento de resistencia.
Evitar el tabaco y el alcohol en exceso, ya que afectan a tu sistema circulatorio.
Controlar el estrés y la ansiedad, factores que influyen negativamente en la producción de testosterona.
En algunos casos, consultar con un especialista para evaluar la posibilidad de tratamientos psicológicos o farmacológicos.
El periodo refractario es el tiempo que tarda el cuerpo en recuperarse tras la eyaculación antes de poder tener otra erección. Este periodo varía mucho entre los hombres, pero se pueden llevar a cabo algunas estrategias aptas para todos para reducirlo:
Mantener un buen nivel de testosterona con ejercicio y dieta equilibrada (Travison et al., 2007).
Practicar “edging”: como tal, no reduce el período refractario, pero es una técnica que consiste en detenerse antes de la eyaculación y luego continuar.
Tomar suplementos como L-arginina o citrulina, que mejoran el flujo sanguíneo.
Evitar masturbarse en exceso si se busca reducir el periodo refractario en encuentros que estén próximos.
Este problema, más común de lo que se piensa, puede deberse tanto a causas físicas como psicológicas. Entre las razones más frecuentes encontramos:
Estrés y ansiedad: el miedo al rendimiento suele ser el principal motivo por el que se pierde una erección.
Problemas circulatorios: algunas enfermedades como la hipertensión afectan el flujo sanguíneo y, por ende, a las erecciones.
Deficiencias hormonales: tener los niveles de testosterona muy bajos puede afectar a tus erecciones.
Uso de medicamentos: algunos antidepresivos interfieren en las erecciones.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, lo más recomendable es siempre visitar a un especialista. En los casos físicos, acudir a un urólogo o andrólogo para realizar una revisión y determinar la causa subyacente. En los casos psicológicos, suelen ser muy útiles las sesiones con un terapeuta experto en Sexología.
El crecimiento del pene ocurre principalmente durante la pubertad, entre los 12 y 16 años aproximadamente. Lo primero que tienes que tener en cuenta es que la media de longitud en erección es de 13-15 cm según estudios recientes (Veale et al., 2015). Sin embargo, existen factores que influyen en la percepción del tamaño, como el sobrepeso, ya que la grasa púbica puede "ocultar" parte del eje del pene. Aunque existen métodos de alargamiento, su efectividad y la seguridad de estas intervenciones no es muy alta.
Sí, por lo general, los hombres que no han sido circuncidados tienen un frenillo más sensible debido a que está protegido por el prepucio y no se encuentra en constante fricción con la ropa. De hecho, un estudio publicado en The Journal of Urology (Sorrells et al., 2007) sugiere que los hombres circuncidados suelen experimentar menos sensibilidad en la zona del glande y el frenillo debido a la queratinización progresiva de la piel. Además, los hombres que tienen el glande expuesto, tienden a habituarse al constante contacto con la ropa, lo que hace que perciban menos estimulación que los hombres no circuncidados.
Allen, M. S., Wood, A. M., & Sheffield, D. (2023). The psychology of erectile dysfunction. Sage Journals, 32(6). https://doi.org/10.1177/09637214231192269
Harris, E., Llompart, D., Izquierdo, G., & Aziz, M. A. (2020). Patient With Penile and Scrotal Strangulation Due to Prolonged Use of a Metal Ring Device. Cureus, 12(12), e11928. https://doi.org/10.7759/cureus.11928
Sorrells, M. L., Snyder, J. L., Reiss, M. D., Eden, C., Milos, M. F., Wilcox, N., & Van Howe, R. S. (2007). Fine-touch pressure thresholds in the adult penis. BJU international, 99(4), 864–869. https://doi.org/10.1111/j.1464-410X.2006.06685.x
Travison, T. G., Araujo, A. B., Kupelian, V., O'Donnell, A. B., & McKinlay, J. B. (2007). The relative contributions of aging, health, and lifestyle factors to serum testosterone decline in men. The Journal of clinical endocrinology and metabolism, 92(2), 549–555. https://doi.org/10.1210/jc.2006-1859
Veale, D., Miles, S., Bramley, S., Muir, G., & Hodsoll, J. (2015). Am I normal? A systematic review and construction of nomograms for flaccid and erect penis length and circumference in up to 15,521 men. BJU international, 115(6), 978–986. https://doi.org/10.1111/bju.13010